CIUDAD DE MÉXICO – PROCESO.— Un reciente estudio científico acaba de constatar que la llamada Sábana Santa de Turín, considerada la mortaja del cadáver de Jesucristo, efectivamente tiene sangre de una persona que fue martirizada antes de morir.
De acuerdo con la investigación titulada “Nueva evidencia biológica de los estudios de resolución atómica en la Sábana de Turín”, publicado por la revista científica PlosOne, dicho manto contiene nanopartículas de sangre con altos niveles de creatinina y ferritina, sustancias que solo se encuentran en la sangre de personas sometidas a fuertes torturas.
“La presencia de estas nanopartículas biológicas, encontradas durante nuestros experimentos, apuntan a que el hombre envuelto en la Sábana sufrió una muerte violenta”, señaló Giulio Fanti, especialista de la Universidad de Padua, una de las instituciones que llevó a cabo los estudios científicos, coordinados por el Consejo Nacional de Investigación de Italia.
Por su lado, Elvio Carlino, experto del Instituto de Cristalografía, otra de las instituciones que intervino en investigación, indicó lo siguiente:
“Las partículas muy pequeñas, adheridas a las fibras de lino del sudario, han registrado un escenario de gran sufrimiento para la víctima que estaba envuelta en el paño funerario”.
Carlino agregó que “estos hallazgos solo podrían ser revelados por los métodos recientemente desarrollados en el campo de la microscopía electrónica”. Y bajo este método –agregó— fue que se analizó “una fibra” extraída de esa mortaja, que actualmente se encuentra en la catedral de San Juan Bautista, de la ciudad italiana de Turín.
Este estudio –dado a conocer por ACI Prensa– contradice totalmente la versión de que el manto de Turín es solo un paño pintado para simular sangre, una impostura de la Iglesia católica ideada durante la Edad Media.