Ciudad de México.- Como presidente de la comisión de Desarrollo Municipal, he podido constatar que vivir en ciudades más seguras, con buenos servicios y donde se garantice unas mejores condiciones de vida en general, es un reclamo permanente, sostuvo, Emilio Salazar Farías. Hay que decirlo, manifestó el diputado federal por el estado de Chiapas, las ciudades las hacemos todos. Ciudadanos y gobierno, nuestras formas de convivencia entre vecinos, las interacciones económicas, las manifestaciones culturales y un tema muy controvertido que es la explosión demográfica, hay que estar conscientes de que nuestras ciudades crecen a un ritmo muy acelerado, no así la recaudación y la riqueza en estas. Este crecimiento acelerado de la población, agregó, ya sea por migración o por nacimiento, no permite hacer una planeación realista de las necesidades de la población y muchas veces tampoco regular los asentamientos para poder brindarle a las personas los servicios que requieren. Más allá de la reflexión personal, planteó el representante popular, que nos toca hacer sobre como habitamos nuestra ciudad, hay muchas cosas que podemos sugerir a los ayuntamientos. Les dejo una pequeña lista para que la hagamos grande entre todos. ¿Qué y cómo podemos cambiar Tuxtla? Buscando la eficacia administrativa, acabar con los diezmos, las “comisiones”, los aviadores. Reorientar las finanzas públicas, no hacer gastos superfluos. No gastar en propaganda. Además de acabar con los favoritismos, alejar a los amigos y conocidos de puestos para los que no cubren el perfil, contratar a los mejores y más capacitados no a los familiares. Se tiene que dignificar las condiciones laborales y prestaciones sociales de todos los empleados, incluyendo las de la policía y agentes de tránsito. Transparentar recursos y procesos para que la ciudadanía sepa que se puede y que no se puede hacer. Y finalmente, matizó Salazar Farías, “hablar con sinceridad, no hacer falsas promesas. Buscar una mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Buscar soluciones colectivamente y no unilaterales. Y sobre todo, comprometerse con la más absoluta decencia y honestidad, sin darle margen a la corrupción en ningún sentido”, concluyó. |
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