-La iglesia en manos de Lutero; Montes de Oca en la Comisión de Obras Públicas
-Emilio Salazar, a la Comisiòn de Hacienda
-Willy Ochoa, el ex gobernador que camina en Chiapas
Casi hincado, implorando perdón y a pesar de las ínfulas que lo caracterizaron por años, Juan Pablo Montes de Oca suplicó por tener una comisión, la de Obras Públicas, en la actual legislatura. Fiel a su costumbre y después de haber brincado del anonimato a espacios importantes, debido a sus amistades, ahora busca fuero y crecimiento en el Poder Legislativo. Sin embargo Montes de Oca es muy, pero muy conocido, por sus costumbres. Muy hábil e incluso poco confiable, según relatan quienes lo han tratado, ahora buscará ser la cuña con los presidentes municipales… ¿para impulsar un proyecto que busca derrocar al próximo gobernador o sólo por intereses económicos?. Eduardo Ramírez debe sacudirse de tanta polilla que ha buscado crecimiento a su nombre, de aquellos que se dicen amigos de él y a su espalda lo critican… ¿o qué opinas Montes de Oca?.
En contraparte, Emilio Salazar, quien grotescamente fue impuesto como diputado en Frontera Comalapa, tiene los argumentos necesarios para ser el presidente de la Comisión de Hacienda. No será la primera vez que lo haga. Sin embargo, parece ser una buena oportunidad para que haga un trabajo digno, desde la tribuna legislativa.
Por otro lado, el que se observa muy sonriente y se ganó el aprecio de muchos, fue Willy Ochoa, quien pasó a la historia de Chiapas por ser gobernador sustituto unos días y que provocó muchas reacciones. Ahora se le ve, lo mismo platicando con priistas que con panístas. Cosas buenas vienen para Ochoa, seguramente.
Y hablando de cosas buenas, como agua fría les cayó a muchos la visita de López Obrador a Chiapas. Es momento que todos los sectores, pero en especial los del sureste mexicano, brinden su apoyo al primer presidente originario de estos rumbos. Vienen cosas buenas para el sureste mexicano, sin duda alguna.
Y en la UNACH, muchas cosas se comentan. Todo puede pasar, pero algo sí es de cierto, algo más desastroso que lo que aconteció con el actual rector, el tal Eugenio, imposible. Y eso que hasta con tinta fresca le prendían alabanzas y ahora le escupen después de sus evidentes errores.