• El gobernador impuso la medalla “Rosario Castellanos” a la actriz, dramaturga y escritora oriunda de Zinacantán
• Es la máxima distinción que el Congreso del Estado de Chiapas otorga a personajes destacados
• Reconocieron su trayectoria académica, cultural y social a favor de las mujeres y la niñez indígena
En sesión solemne del Congreso del Estado de Chiapas, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas impuso la medalla “Rosario Castellanos” a la actriz, dramaturga y escritora, Petrona de la Cruz Cruz, oriunda de Zinacantán, Chiapas, como un reconocimiento a su trayectoria académica, cultural y social a favor de las mujeres y la niñez indígena.
Tras este acto, el titular del Ejecutivo estatal develó la placa conmemorativa y manifestó la importancia que tiene el arte y la cultura en el desarrollo y progreso de la entidad, así como en la preservación del legado y el patrimonio intangible con el que cuenta Chiapas, por lo que reconoció a la dramaturga tsotsil por su aportación a la sociedad y por hacer visible el sentir de miles de mujeres, retomando aspectos transversales en sus obras.
Ante la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Rosa Elizabeth Bonilla Hidalgo, las diputadas y diputados que integran la LXVII Legislatura, el hijo de la escritora Rosario Castellanos, Gabriel Guerra Castellanos, e invitados especiales, de la Cruz Cruz recibió del mandatario estatal la máxima distinción que otorga el Poder Legislativo, como mérito al trabajo profesional que realiza mediante el uso magistral del arte histriónico, sirviendo al estado, al país y al mundo.
Al hacer uso de la palabra, la galardonada dedicó la medalla a quienes diariamente se levantan con la esperanza de cambiar la forma de ver el mundo por parte de los gobernantes, también a las niñas, niños, mujeres y acianos que sufren violencia o discriminación. Asimismo, subrayó la importancia de apoyar a las culturas indígenas para que haya un desarrollo verdadero y trascendente en la historia de México.
“Nuestro país es una potencia mundial en cultura, sin embargo, a cada momento se corta una raíz y una lengua indígena, sin saber que es lo que nos da identidad, vida y sabiduría. Mi trabajo ha sido defender todas estas cosas que tienen sentido y no deben perderse, por ello, los exhorto a practicar la honestidad y humildad ya que ustedes también hijos de esta madre tierra y herederos de la cultura maya”, apuntó luego de resaltar que el teatro fue la medicina que curó sus heridas más profundas y es donde se reconoce a sí misma, por lo que continuará ejerciendo este arte.
La también presidenta de la Comisión de Postulación para la entrega de la medalla “Rosario Castellanos”, Rosa Elizabeth Bonilla Hidalgo, subrayó que esta presea tiene el objetivo de premiar a mujeres y hombres mexicanos que se hayan distinguido en el desarrollo de las ciencias y artes o su virtud en grado eminente, como servidores de la humandiad, la patria o el estado, como lo ha hecho Petrona de la Cruz a través de sus obras en las que ha hecho visible a la mujer indígena y promueve la redacción y escritura indígena.
En este acto, la proclama histórica de Rosario Castellanos estuvo a cargo de la diputada Adriana Bustamante Castellanos, quien resaltó la vida y obra de la escritora y filósofa, quien logró descubrir el orbe multicultural chiapaneco y profundizar la visión de la entidad, explorando áreas de la sociedad que habían quedado incompletas, y tener una visión crítica por haber sido partícipe de las relaciones ladino-indígenas características en el siglo XX.
Cabe destacar que algunas de sus obras dramáticas han sido representadas en Australia, Canadá, Estados Unidos, México y países de Latinoamérica. Su obra “Una mujer desesperada” fue publicada en inglés como parte de la antología “Holy Terrors: Latin American Women Perform” (Duke University Press, 2003) y la obra “Madre olvidada” se incluye en la compilación de textos dramáticos “La risa olvidada de la madre. 10 años de la fortaleza de la mujer maya” (Ediciones La Burbuja, 2005).
Entre sus obras también se encuentran “Dulces y amargos sueños”, “Infierno y esperanza”, “Desprecio paternal”, “La monja bruja”, “Soledad y esperanza”. Publicó el ensayo “La educación, el teatro y los problemas de las mujeres en los Altos de Chiapas”, (Texas Christian University, 1993). Además, recibió en 1992 el Premio Rosario Castellanos en Literatura por parte del Gobierno del Estado de Chiapas.
Asistieron: el presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, Juan Óscar Trinidad Palacios; el fiscal general del Estado, Jorge Luis Llaven Abarca e integrantes de la Guardia Nacional y Fuerzas Armadas, entre otros.