Durante la primera audiencia de Fernando González, el presunto homicida de la estudiante Karen Esquivel y la señora Adriana Hernández, permaneció callado y con la mirada hacia el suelo.
Sólo cuando la agente del Ministerio Público relató la mecánica en que presuntamente atacó y asfixió a Karen, el hombre de 38 años se tapó los ojos con su mano izquierda, con expresión de agobio.
La jueza Eufrosina Leticia Escalona Lara aplazó para el próximo martes 7 de febrero la audiencia en la que deberá definir si lo vincula a proceso.
Además aprobó otorgar medidas de protección a un hermano de Adriana Hernández, quien vive en la casa del fraccioamiento Jardines de San Mateo, donde presuntamente el homicida metió los cadáveres en maletas.
En la audiencia, la representante de la Fiscalía mexiquense dijo que los peritajes revelaron que Karen fue víctima de un ataque sexual, además de que Adriana falleció por traumatismo craneoencefálico.
Fernando conocía a ambas mujeres: a Karen, porque trabajaban en el mismo sitio, y a Adriana, porque era vecina del gimnasio y ese día, supuestamente se dio cuenta del crimen de la universitaria.
El agresor decidió también terminar con la vida de la mujer, quien tenía discapacidad mental de nacimiento, lo que representa una agravante, apuntó la MP.
El defensor de oficio de Fernando argumentó que ni en el cuchillo de 20 centímetros de largo, ni en las dos maletas donde encontraron a las mujeres, fueron presentados como pruebas en este doble homicidio, por lo que solicitó la libertad del imputado.
No obstante, hay por lo menos cinco testigos que afirman que Fernando subió las dos maletas a una camioneta Pick Up tipo Dakota y las llevó hasta su domicilio en la colonia Presa Tejocote, en San Mateo Nopala, donde encontraron los cuerpos. En ese inmueble, vecinos confirmaron que vivía el imputado.