Investigadores del Cuerpo Académico de Investigación y Desarrollo Agroindustrial de la Universidad Politécnica de Chiapas, Doctores Roberto Berrones Hernández, Yolanda del Carmen Pérez Luna y Yazmin Sánchez Roque, junto con la emprendedora Lic. Norma Alicia Berrones Hernández, desarrollaron un combustible ecológico y amigable con el ambiente cuya fabricación parte de residuos domésticos e institucionales.
Este producto novedoso Bio-Iniciador Furious Eco (MR), es utilizado como iniciador de fuego para encender leña, carbón o briquetas en parrilladas de forma rápida y efectiva, la patente está en trámite y es el primero en su género en el país creado por investigadores chiapanecos.
Los investigadores chiapanecos de la UPChiapas conscientes de la necesidad de minimizar el deterioro ambiental y usar de forma racional los recursos naturales, desarrollaron el biocombustible líquido, oleoso, de baja inflamabilidad, de manipulación segura, que no deja olor ni sabor en los alimentos.
Otro factor ecológico importante es que en la fabricación del Bio-Iniciador no se utiliza agua de proceso; además, los subproductos que se generan se convierten a su vez en nuevos productos de uso doméstico. La aplicación del Bio-Iniciador ayuda a reducir el uso de combustibles fósiles, se reciclan los desechos derivados de la biomasa y reutilizan los productos generados, contribuyendo así a la reducción de la huella de carbono.
El concepto Furious Eco surge en el año 2015 con la idea común, de este grupo de científicos y tecnólogos, de materializar los datos obtenidos a nivel de laboratorio en un proceso de producción industrial. Sin embargo, es en el año 2019 cuando tiene origen la producción del primer producto Bio-Iniciador de Fuego Furious Eco (MR).
El bio-iniciador es un producto que contribuye con la disminución de gases de efecto invernadero, sustituyendo una parte de la energía fósil por energía proveniente de la biomasa, lo cual ayuda de forma importante a minimizar la contaminación del agua, suelo y aire, mediante la disposición y aprovechamiento adecuado de los aceites usados de cocina provenientes de la elaboración de alimentos, ya que, de acuerdo con los datos del Consorcio de Aguas Bilbao Bizcaia (España), un litro de aceite usado puede llegar a contaminar hasta 40 mil litros de agua, equivalente al consumo de agua anual por persona. Recolectando el aceite usado de cocina para la producción del Bio-Iniciador de Fuego, se evita que aumenten los costos de proceso en las plantas de tratamiento de aguas municipales.