A cinco años de haberse decretado la Jornada Nacional de Sana Distancia por la llegada del COVID-19 a México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizó un recuento de las principales acciones implementadas para enfrentar la emergencia sanitaria. Bajo la dirección de Zoé Robledo, el Instituto reorganizó su infraestructura, desarrolló estrategias de atención y habilitó herramientas innovadoras como el Permiso COVID-19, con más de 735 mil constancias emitidas de forma virtual.
Durante la etapa crítica, el IMSS brindó atención a más de 11 millones de derechohabientes y 353 mil personas sin seguridad social, gracias al acuerdo de mayo de 2020 para atender a población no afiliada. Se llevó a cabo una histórica reconversión hospitalaria, alcanzando en febrero de 2021 un máximo de 19 mil 999 camas para pacientes graves, y se habilitaron 187 hospitales, de los cuales 30 se destinaron exclusivamente a pacientes con COVID-19.
Además, se habilitaron 14 unidades temporales y 19 de expansión, como el Autódromo Hermanos Rodríguez, junto con la instalación de 3 mil 486 Módulos de Atención Respiratoria (MARSS). Paralelamente, se fortaleció la vigilancia epidemiológica y se difundieron alertas y protocolos preventivos a nivel nacional e internacional. Durante los primeros dos años, los servicios médicos no relacionados con COVID-19 registraron una reducción significativa, la cual ha sido superada progresivamente mediante jornadas intensivas de atención médica especializada.
Uno de los avances más destacados fue la implementación del Permiso COVID, que facilitó la expedición de incapacidades sin necesidad de acudir a clínicas, acumulando más de 7.5 millones de certificados de sospecha y más de 51 millones de días de incapacidad, beneficiando a 4.8 millones de personas aseguradas. También se promovió la educación preventiva con campañas de higiene, cursos CLIMSS, materiales para redes sociales y equipamiento de espacios públicos.
Como respuesta estructural a las lecciones de la pandemia, en mayo de 2022 se lanzó el programa Entornos Laborales Seguros y Saludables (ELSSA), enfocado en reducir riesgos laborales, fortalecer hábitos saludables y mejorar la productividad en los centros de trabajo. Aunque el COVID-19 ya no representa una emergencia sanitaria, el IMSS mantiene su compromiso con la atención endémica y la preparación ante futuras contingencias.
