Petróleos Mexicanos (Pemex) cuenta con instalaciones especializadas que suministran fluidos de control, esenciales en los procesos de perforación, reparación y terminación de pozos petroleros. Estos fluidos consisten en una mezcla de aditivos químicos diseñada para garantizar la estabilidad y seguridad durante las intervenciones en los pozos.
Estas instalaciones desempeñan un papel clave en las actividades operativas de los activos de producción y de exploración. La provisión oportuna y adecuada de los fluidos permite llevar a cabo con eficiencia las labores técnicas en campo, lo cual es fundamental para mantener la productividad y reducir riesgos operativos.
Los fluidos de control son utilizados desde la etapa inicial de perforación hasta la finalización de cada pozo. Gracias a su formulación especializada, permiten controlar la presión en el subsuelo, evitar colapsos en las paredes del pozo y asegurar un entorno de trabajo más seguro durante las maniobras.
La operación de estas instalaciones forma parte de la estrategia integral de Pemex para consolidar su liderazgo en el sector energético, fortaleciendo su capacidad técnica y operativa en beneficio del país. Además, estas acciones se alinean con los esfuerzos del Gobierno de México por recuperar la soberanía energética nacional.
Con esta infraestructura, Pemex reafirma su compromiso con el desarrollo sustentable del sector hidrocarburos, asegurando el suministro constante de insumos clave para la exploración y producción, pilares fundamentales en la misión de garantizar la autosuficiencia energética del país.
