Más de cinco mil personas se congregaron en Chignahuapan para celebrar la edición número 29 del Festival de la Luz y la Vida, donde el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, destacó que la entidad vive una etapa de paz, armonía y fortalecimiento de sus raíces. El evento, realizado en el marco del Día de Muertos, rindió homenaje a los fieles difuntos a través de un espectáculo lleno de misticismo, cultura y tradición.
El mandatario encabezó la inauguración de la Ofrenda de las Mil Luces, uno de los emblemas del festival, reconociendo el valor cultural del evento tanto para Puebla como para todo México. Afirmó que visitantes de diversas regiones llegan a Chignahuapan para vivir esta experiencia única, destacando que el municipio merece prosperidad y progreso. Durante la ceremonia, Armenta fue acompañado por autoridades estatales y municipales.
Por su parte, el presidente municipal, Juan Rivera Trejo, agradeció el respaldo del gobernador y resaltó que el festival es fruto del trabajo conjunto entre autoridades, agrupaciones culturales y la comunidad. La monumental ofrenda, instalada por estudiantes del CECyTE, simbolizó la unión entre paz, vida y tradición, al fusionar una cruz y una pirámide flotante sobre la laguna.
En una emotiva caminata por la Calzada de las Almas, el gobernador participó junto a la población en un recorrido iluminado con velas y antorchas, entre danzas y tapetes de aserrín. El trayecto concluyó en la Laguna de Chignahuapan, donde una pirámide de 400 metros cuadrados fue escenario de la representación del paso de las almas al Mictlán, combinando elementos prehispánicos, luces y pirotecnia.
El evento reafirmó el compromiso del Gobierno de Puebla con la preservación de las tradiciones, al proyectar a la entidad como un referente cultural a nivel nacional e internacional. Visitantes como Lidia Peñaloza, originaria de Venezuela, expresaron su admiración por el simbolismo y la fuerza de las costumbres mexicanas, al destacar que vivir el festival es una experiencia que va más allá de lo visual y conecta con la esencia de los pueblos.
