Pierde a su bebé por negligencia y luego le colocan anticonceptivo sin su permiso

Pierde a su bebé por negligencia y luego le colocan anticonceptivo sin su permiso

Una mujer indígena de 21 años de edad perdió a su hija recién nacida luego de que un hospital de Puebla le negara la atención porque no contaba con ginecólogos ni pediatras, ni tampoco con insumos básicos como gasolina para trasladarla en ambulancia a otro centro médico.

En la entrada del centro médico, que depende de la Secretaría de Salud poblana, un servidor público la recibe, pero de inmediato le comunica que tendrá que ser trasladada a otro hospital, ya que en ese centro no cuentan con “ginecólogo, anestesiólogo ni pediatra”.

El empleado del hospital de Pahuatlán pide entonces una ambulancia para trasladar de emergencia a Martha al Hospital General de Huauchinango, en el estado vecino de Hidalgo.

Sin embargo, el traslado no se realiza porque la ambulancia “no tenía gasolina ni había chofer”.

Ante la emergencia –Martha ya estaba prácticamente de parto, perdiendo “mucho líquido, rompiéndose la fuente”-, el empleado pide ayuda por teléfono a la comandancia de policía de Pahuatlán para trasladar a la joven indígena. Pero los uniformados también niegan el apoyo argumentando que “no hay personal disponible”.

Los familiares de Martha deciden entonces llevarla por sus propios medios al Hospital General de Huauchinango, al que llegan en la madrugada del  7 de septiembre.

Una vez allí, y luego de horas de no ser atendida en el hospital poblano, comienza la segunda parte de la odisea de Martha.

a las 2.08 horas se solicitó un ultrasonido del feto, para ver en qué situación se encontraba. Sin embargo, dicho estudio no se realizó hasta las 10 horas de la mañana; es decir, 8 horas después de que se ordenó.

Dicho estudio reflejaba que la bebé llevaba ocho horas sufriendo ‘oligohidramnios severo’, que dio como resultado una “disminución importante del líquido amniótico” y comprensión del cordón umbilical, lo que puso seriamente en riesgo la vida del feto.

O en otras palabras: la bebé se estaba asfixiando.

En este punto, el personal médico de la CNDH que documentó el caso, concluye que los médicos que atendieron a Martha “debieron realizar de manera urgente” un parto vía cesárea para salvar la vida de su hija.

Sin embargo, a pesar de que desde las 10 de la mañana los médicos sabían que la bebé presentaba “sufrimiento fetal”, éstos no realizan la cesárea hasta las 12.30 horas, dos horas y media después.

A las 13.25 horas, nace la niña. Pero poco después, a las 14.55 horas, muere. Según el reporte médico, el fallecimiento se produce por “asfixia perinatal severa” y “síndrome Dismórfico”.

Pero las negligencias no terminan aquí.

Tras el parto, personal médico del hospital deja por escrito que Martha aceptaba la colocación de un Dispositivo Intrauterino (DIU), como método anticonceptivo.

No obstante, la CNDH documentó que “no existe constancia” de que Martha, quien no habla bien español según relataron sus familiares, autorizara “de manera debidamente informada” la implantación de este método anticonceptivo, a pesar de la cual, le fue colocado por el personal médico del hospital.

Incluso, Martha denunció a la CNDH que una doctora le dijo que “no saldría de ahí hasta que le pusieran el DIU”.