La llegada de Donald Trump al poder ha fracturado, pero no ha roto por completo los lazos diplomáticos entre Estados Unidos y México. Ese es el mensaje que ha mandado este lunes el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, unos días después de la firma de la orden ejecutiva para iniciar el muro fronterizo y el anuncio de la cancelación de la reunión que iban a sostener el martes los mandatarios de ambos países. “No nos podemos levantar abruptamente de la mesa y romper relaciones”, ha afirmado Videgaray en entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola. La cancillería mexicana también ha hecho público su rechazo a las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y ha exigido una rectificación.
“El presidente Trump tiene razón, construí un muro a lo largo de la frontera al sur de Israel y acabó con toda la inmigración ilegal. Gran éxito, gran idea”, escribió Netanyahu en su cuenta de Twitter el sábado pasado. “Lo consideramos francamente una agresión”, ha respondido Videgaray. El canciller ha refrendado la respuesta oficial que emitió el pasado fin de semana el Gobierno mexicano, en la que ha manifestado su “extrañeza y decepción” por el pronunciamiento, aunque también ha reiterado que “México es un amigo de Israel”.
La comunidad judía en México, que roza los 70,000 integrantes, se ha deslindado mediante un comunicado y ha expresado un “rechazo contundente” a la posición de Netanyahu. Las palabras del mandatario israelí han generado oposición dentro de su propio gabinete. El ministro del Interior, Aryeh Deri, ha criticado las declaraciones y ha lamentado la intromisión en “un asunto interno”. El ministerio diplomático de Israel ha matizado las palabras del premier. “Estamos dispuestos a compartir con otras naciones nuestra experiencia en seguridad, no expresábamos ninguna posición sobre las relaciones entre Estados Unidos y México”, ha afirmado Ariel Nachshon, portavoz de Tel Aviv.
Videgaray ha señalado que el Gobierno de México seguirá apostando por el diálogo con la Casa Blanca, porque es lo más conveniente para el país. “Estamos en un momento en el que México tiene que tomar decisiones importantes”, ha dicho en el noticiario y ha asegurado que tiene claros los principios, los objetivos, los límites y las cesiones que los representantes mexicanos tendrán que hacer en el marco de las negociaciones subsecuentes sobre inmigración y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Estados Unidos sigue siendo nuestro vecino y principal socio comercial, nosotros habremos de aprender a negociar con él y él también tiene que aprender a negociar con nosotros”, ha explicado sobre las conversaciones que sostendrán ambos Gobiernos, de momento, en cada extremo del teléfono. “México está dispuesto a decir que no cuando el orgullo nacional y la dignidad nacional están en juego”, ha apuntado.