Con el firme propósito de construir un país más justo e incluyente, autoridades reafirmaron su compromiso de trabajar por la reducción de la desigualdad y la garantía de justicia social para todas y todos los trabajadores. El mensaje central es claro: que nadie se quede fuera, que nadie se quede atrás.
Esta visión contempla la implementación de políticas laborales equitativas, el fortalecimiento de derechos colectivos e individuales, y el impulso de programas que dignifiquen las condiciones laborales en todos los sectores, especialmente aquellos históricamente marginados.
El trabajo coordinado entre instancias de gobierno, sector productivo y organizaciones sociales busca avanzar hacia una verdadera igualdad de oportunidades, donde el desarrollo económico vaya acompañado del bienestar social y la inclusión plena. Las autoridades reiteraron que la transformación del país requiere que cada trabajador y trabajadora pueda ejercer sus derechos en condiciones de respeto, seguridad y equidad.
