MEXICANOS:
En mi mensaje con motivo del Año Nuevo, mencioné que 2017 traería grandes desafíos; uno de los cuales, es construir una relación positiva con el gobierno entrante de los Estados Unidos.
Esa relación debe tener como fundamentos: la soberanía nacional, el respeto a nuestra dignidad e independencia, así como los sentimientos de amistad y cooperación entre dos pueblos que son vecinos, amigos y aliados comerciales.
Ésta es la posición que México ha adoptado y en la que habremos de ser firmes.
El viernes pasado hablé por teléfono durante una hora, con el Presidente de los Estados Unidos, para subrayar la importancia que los mexicanos damos a esos fundamentos, que son irrenunciables.
Si bien no hemos alcanzado acuerdos en ninguna materia, esta conversación abrió espacios para que el gobierno de México y el gobierno de los Estados Unidos continúen dialogando.
El Presidente norteamericano y yo, hemos definido que nuestros representantes sigan haciendo su trabajo y continúen los acercamientos.
Informaré a los mexicanos de los avances y las implicaciones de cada etapa en estas negociaciones.
Reconozco que vendrán momentos complejos y tiempos de trabajo arduo
Mi responsabilidad, es proteger el patrimonio de las familias mexicanas, asegurar las oportunidades que merecen nuestros niños y jóvenes, procurar el crecimiento de la economía nacional y, por supuesto, defender a los connacionales que viven o se encuentran en Estados Unidos.
Justamente, para reforzar la protección de su libertad, sus derechos y su dignidad, he dado indicaciones para que se canalicen más de mil millones de pesos adicionales, a nuestra Red de Consulados en la Unión Americana.
Tenemos grandes retos, pero estamos preparados para afrontarlos.
México tiene un lugar de primera importancia en todo el mundo y tenemos acuerdos comerciales con más de 40 países, lo que habla de nuestra apertura económica y del potencial de intercambios que podemos aprovechar con América Latina, Europa y Asia.
De hecho, gracias a la productividad de los trabajadores mexicanos y a la competitividad de las empresas establecidas aquí, nuestro país es una de las 15 mayores economías del mundo.
Valoro y agradezco que, en los días recientes, muchísimas voces se han levantado aquí, en Estados Unidos, y en el mundo, para expresar su aprecio y solidaridad con México.
Como Presidente y como mexicano, me emociona el apoyo que nuestro país ha recibido. Es un reconocimiento para todos los mexicanos.
Es resultado de que, a lo largo de muchos años, México se ha distinguido por ser un país que defiende la paz, respeta a todas las naciones, y promueve la convivencia y la cooperación.
Además, recordemos que los mexicanos somos reconocidos en el mundo, por los valores que tenemos como familia y como sociedad; por el orgullo que sentimos por nuestra historia y cultura excepcionales; por nuestra vocación de trabajo y dedicación.
Por sobre todas las cosas, debemos tener presente que México cuenta con un gran activo: la unidad nacional.
La unidad nacional ha sido la gran fuerza de México a lo largo de su historia.
La unidad nacional debe ser la piedra angular de nuestra estrategia y de nuestras acciones, hacia dentro del país y hacia el exterior.
La unidad nacional nos debe dar aliento para trabajar con más energía, para que los jóvenes se preparen mejor, para que las jefas de familia sean tratadas con respeto, para que el trabajador y el empresario cumplan con su tarea, para que el funcionario público sirva a los ciudadanos con honestidad y eficacia. En suma, para que todos demos lo mejor que tenemos por México.
Hoy como nunca, yo me siento orgulloso de ser mexicano y me siento más orgulloso de ser el Presidente de un gran pueblo: el pueblo de México.