La situación de calle representa uno de los escenarios más duros para la infancia, donde niñas y niños enfrentan cotidianamente riesgos que amenazan su bienestar físico, psicológico y espiritual. Ante esta realidad, se hizo un llamado urgente a la sociedad y al gobierno para sumar esfuerzos y construir alternativas que restituyan sus derechos y les permitan acceder a una vida digna.
El entorno en el que sobreviven estos menores es adverso, marcado por la exclusión, la violencia y la falta de oportunidades. Por ello, se reiteró que es responsabilidad colectiva atender esta problemática desde una perspectiva integral y con enfoque de derechos humanos, priorizando el interés superior de la niñez.
Desde el Poder Judicial del Estado de Chiapas se impulsa una visión de justicia con humanismo, que reconoce las profundas desigualdades que enfrentan los sectores más vulnerables y busca incidir en su transformación con acciones concretas. La justicia, se remarcó, debe ser una herramienta de paz, no sólo un mecanismo de resolución de conflictos.
En el marco del aniversario de los 200 años del Poder Judicial del Estado, se reafirmó el compromiso institucional con una nueva era de la justicia, más cercana a las personas y sensible a las condiciones sociales que impiden el pleno ejercicio de los derechos de niñas y niños en situación de calle. Transformar su realidad no es solo una meta legal o institucional, sino un imperativo ético. La esperanza de una vida distinta para la infancia más vulnerable requiere de voluntad, empatía y corresponsabilidad social.
